MISZKA CONTEMPLA…*


Miszka contempla con delectación
el encanto inmutable del poniente;
la impregna la Belleza, ella la siente
por los ojos pasarle al corazón.

Me imagino, muchacha, tu emoción:
tu sensitivo ser, abiertamente,
la escala de colores, en torrente
¡ves desplegar su encanto en mutación!

A Miszka, ya en la sombra, la luz le arde:
acumuló hermosura aquella tarde,
que su alma mantendrá siempre encendida…

¡Es que ya le rutila una alba estrella
permanente en su pecho, clara, bella,
que la hace vislumbrar la Excelsa Vida!




Paco Mollá