¡OH, JANDIRA!


La alegría del alba se posaba
en sus cándidos ojos de gacela;
por su piel pigmentada de canela
un inquietante enigma transitaba.

Su cuerpo núbil de misterio en vela
como botón primaveral brotaba;
y, por donde su vista se clavaba
dejaba dulce una celeste estela...

¡Oh, recuerdo sin tiempo ni distancia
en sueño convertido en su constancia,
que me acompaña igual que mi latido!

¡Oh, sueño de mis sueños! ¡Oh criatura
entre ángel y mujer... tenue figura
que llevo en lo esencial de mi sentido!




Paco Mollá